Cómo ya sabéis, estoy en la búsqueda del detalle de boda perfecto. Uno que esté a la altura del evento y que sea tan maravilloso como la celebración a la que acompaña.
Esta vez he preparado un pastel de boda hecho con galletas de mantequilla, todo en blanco y coronado con unas florecillas de fondant.
¿No os parece romántico? Sí, el pastel también...pero me refería a las bodas. Declarar tu amor eterno y verdadero a otra persona delante del mundo entero. Y emprender una nueva vida a su lado, compartiendo alegrías y penas, y sorteando los diferentes obstáculos del día a día. Encontrando en ella apoyo y comprensión y compartiendo cariños y mimos.
Ays, que me pongo romanticona...
A ver que le parece a L este modelo. Lo cierto es que después de ver las galletas en blanco y negro me dijo que ya estaban bien...¿qué ya estaban bien?...¡si yo quiero que sean perfectas!...Con la de ideas y posibilidades que le veo yo, no me voy a quedar con un modelo, no, no, no.
La idea sería presentarla con una cajita transparente y un lazo bien vaporoso blanco. Romantiquísimo...se nota que se avecina San Valentín.
Preciosas y un detalle perfecto para una boda.
ResponderEliminarGracias Chari.
EliminarUn beso,
Lourdes
El pastel es genial!!!!!! Tiene muy buena pinta!!!! A L le gusta mucho!!!! Jajajajaja
ResponderEliminarHola Anónimo,
EliminarMenos mal que tú nos lo cuentas...por que ella no dice ni pío... ;)
Un beso,
Lourdes